El Matadero

El Matadero

Seguro que usted, amigo lector, ha comido en muchas ocasiones carnes de animales matados en este matadero. Pues conozca el origen del mismo. Aquí le proporcionamos algunos datos. Tratamos de que fueran los mas exactos posible, pero recuerde que estas estampas se hacen fundamentalmente de los recuerdos de las personas de la época de que se trate, por lo tanto, no pretendemos que sean exacto aunque así lo quisiéramos. Si conoce algún otro detalle o alguna anécdota, siéntase libre de mandarla que lo agregaremos a lo que ya tenemos y así haríamos la estampa mas completa. Gracias.

El Matadero
Al principio (¿de qué?) no existía un matadero tal y como lo vemos hoy. Los animales se mataban en el monte y se traía la carne al hombro a una casilla donde se procedía a su venta. La casilla consistía en cuatro palos parados tapados con una o dos hojas de cinc y piso de cemento. Todavía podemos observar alguna así (vea la foto). Las casillas han evolucionado, ahora son como especie de una caseta (ver foto).



Cuando se mataba algún animal los carniceros avisaban a la población por medio de un fututo, que no era más que un gran caracol. El fututo se podía oír a gran distancia. Bolívar Beltré llegó a tocarlo muchas veces. Cuando en Villa Ocoa mataban y sonaba el fututo se oía en el pueblo. Y claro, podemos creer que se oía pues no estaba tan poblado como ahora y no había tanto ruido producido por los vehículos, motores, y lugares de fiestas como sucede que hay hoy en día.

Se recuerda como primeros carniceros a: Gonzalo Cordero, Adolfo Florián, Emilio Beltré, Florencio Luna y Pablo Mora, y en Villa Ocoa a Marcos Méndez. Entre otros.

Existía un acuerdo entre los matadores, un día mataba uno y al otro día el otro, pero si al matador de turno le quedaba carne para el día siguiente nadie podía matar hasta que se le acabara la carne al carnicero en cuestión. Sucedió entonces que siendo Emilio Beltré (padre de Patria Beltré) el carnicero de turno, mató una res, pero le quedó carne para el otro día, Adolfo (Adolfito) le tocaba matar al día siguiente, y no respetó el acuerdo de que debía terminarse la carne de Emilio Beltré para el matar, y también mató su res. La gente acudía a comprarle a Adolfito pues la carne era fresca y nueva y la res de Emilio era vieja. Cuando Emilio vió que no le estaban comprando a él, bajó el precio de la carne que era a 4 centavos la libra y la puso a 3 centavos. La gente entonces fue a comprar la carne más barata. Cuando Adolfito vió que no se estaba vendiendo su carne la puso a 2 centavos, entonces Emilio Beltré lleno de rabia dijo: "¡Carne a na!" Y toda la gente se volvió loca a coger carne regalada!!!!

Qué vaca muerta! ¡Imagínese! Dicen algunos entrevistados que los carniceros en cuestión se fueron a los cuchillos, pero Bolívar Beltré (su hijo) que me dijo esta anécdota dice que no recuerda la parte de los cuchillos.

De matar en el monte se pasó a matar en un lugar mas adecuado, piso de cemento, techado de cinc, etc. y así se mantuvo por mucho tiempo, hasta que Don Manuel German siendo sindico (el primero según se cree) hizo especie de un matadero en el lugar en que hoy esta el matadero.

Según iban surgiendo síndicos iban haciendo arreglos según la necesidad.
Se sabe con certeza que en la gestión de Ramón Santana se hizo la remodelación que tiene hoy el matadero (ver foto).



Don Tible cambió lo de cargar carne al hombro y se hizo una carretilla y durante mucho tiempo tuvo haciendo ese negocio de cargar la carne del matadero al mercado. Porque eso si, ya también había mercado (será una estampa).

El matadero ahora esta acondicionado para que se haga bien y mas cómodo el trabajo de matar a los pobres animales —me da una pena cuando los oigo gritar cuando los están matando (se oye desde mi casa), pues sé que se les esta yendo la vida sin poder defenderse.

Se comprueba la salud de los animalitos por medio de un inspector de Sanidad Publica. La carne de res se vende a $60.00 pesos la buena y la regular o mala a $40.00. Se matan reses, puercos, chivos, ovejas…Tenemos carniceros experimentados como: Ramón, Bautista, Juan Caraca, Marú, Gordito, Vigor, entre otros.

Usted puede comer carne con toda tranquilidad, pues siempre la encontrara fresca y las pobres victimas son jovencitas. Buen provecho.

Fuente de información: Señor Bolívar Beltré, prof. Tina Sánchez

Colaboración: Rosario Castillo